En la soledad de su habitación, en las oscuras de su corazón, se preguntó:¿Cómo pudo robarle el alma?,
¿Cómo ESE pudo apoderarse de aquella alma joven y sin escrúpulos?
Supo que en esa fría habitación no iba a encontrar respuesta certera y sensata a tan alocada pregunta.
Salió, logró salir, recorrió algo del mundo, lo justo y necesario para comprender que él tenía lo que ella no tenía,
pero mejor, comprendió que ese inteligente y no tan guapo hombre tenía lo que ninguno del montón tenía.
Caminó sólo un poco más para Colapsar con él, pero sabía que no, que no iba a suceder, sólo busca cumplir parte de su ilusión, sabía que ahí en ese momento no iba a encontrar a nadie más que a su propia sombra.
Llegó, se sentó, agarró ese cuaderno y entre lineas se dejaban ver las letras de ese ser, entre tantos números y letras lo recordó
Un aroma dulce y un color justo, casi perfecto, una textura aspera y fría a lo lejos, suave y placentera cerca, como fruta de verano, refrescante, y tan radiante como el sol que quemaba a más no poder en pleno invierno, como quien dice fruta de verano..